La memòria del fang
Este año Cornellà conmemora el 40º aniversario de la Riada de 1971. Pero no es sólo el recuerdo del desbordamiento de un río, el Llobregat; es mucho más. Es el reconocimiento al espíritu de solidaridad y unidad de una ciudadanía que se organizó de manera espontánea, con liderazgos vecinales, para resolver en primera persona aquello que la administración veía desde la lejanía.

Este aniversario es un homenaje a los hombres y las mujeres de la riada. Hicieron historia, perdieron el miedo y a pesar de la represión, participaron en el diseño de la nueva Cornellà. Ellos y ellas recogieron firmas por una nueva canalización del río, se manifestaron por la limpieza de los barrios, tejieron una red de colaboración y debate para redefinir la ciudad; en definitiva, promovieron la democracia.

Desde el Centro Social Almeda, al Casino Cultural de Sant Ildefons, el Patronato del barrio Centro y las diversas asociaciones de vecinos sentaron las bases de esta ciudad que tenemos, abierta y participativa. A ellos y a ellas los debemos parte de los valores de esfuerzo, diálogo y progreso que nos permiten disfrutar de nuestra ciudad hoy en día.

Así fue

Noche del 20 de septiembre de 1971.
El Llobregat inundó los barrios Almeda, Centro y Riera.
El agua entró en la ciudad a 80 km/h y superó los dos metros y medio de altura.
El 25% de la población, más de 20.000 vecinos y vecinas, resultaron afectados directamente.
6.300 viviendas quedaron destrozadas, y calles, casas y fábricas, llenas de agua y barro.
No hubo víctimas mortales ni desaparecidos.

Una exposición de TODOS

La exposición "La Memòria del Fang. La Riuada de 1971" nos trasladará a la devastadora riada que sacudió Cornellà en 1971 y al movimiento asambleario y asociativo que nació a raíz de esta catástrofe. La encontraréis en el Castillo de Cornellà del 20 de septiembre al 20 de octubre.
Los vecinos y las vecinas de Cornellà han dado un ejemplo de colaboración y compromiso con la ciudad y han aportado a la muestra fotografías, varios materiales y testimonios de la época. Una participación indispensable para revivir el espíritu solidario de aquel momento.

Coloquio para conocer todos los detalles

“La Taula de la Memòria. 40 anys de les riuades de 1971” es otro de los actos que se celebrará este año en Cornellà por el aniversario del desbordamiento del Llobregat. El coloquio reunirá a cornellanenses de todas las edades, desde afectados directos hasta jóvenes que sólo han oído hablar del asunto o lo han visto en alguna fotografía. La visión experta la aportarán el historiador Joan Tardà y el periodista Manuel Campo Vidal, en un diálogo moderado por el expresidente del Patronato, Joan Romagosa. Si queréis asistir: miércoles, 28 de septiembre a las 19:30h. Castillo de Cornellà.

cornellaweb.cat
5-septiembre del 2011



Cornellà recuerda el 40 aniversario de la peor riada del siglo XX con una exposición multitudinaria 

Cornellà de Llobregat - Pasadas las diez de la noche las aguas del Llobregat superaban los dos metros de altura en los barrios fluviales de Cornellà, y bajaba a 80 km por hora. Los vecinos reclamaban ayuda tirando bengalas y el ejército acudió. Esto ocurría hace apenas 40 años, el 20 de septiembre del 71, y resultó la peor riada del siglo XX en la ciudad más grande del Baix Llobregat. La mala gestión de las autoridades franquistas la empeoró. No causó muertes pero si pérdidas de 7.000 millones de las pesetas de entonces. Y acabó de catapultar el movimiento vecinal de la ciudad, clave en la lucha por la democracia. Cientos de vecinos han recordado estos hechos esta noche, en la inauguración de una exposición sobre los hechos.

"En casa todavía se siente el olor" del agua y el barro, comentaban unas vecinas de Cornellà a las puertas del castillo de la ciudad, que acogerá la exposición titulada 'La memoria del barro' hasta el próximo 23 de octubre. Y el antiguo concejal de Convergència Néstor Artís, uno de los cientos de vecinos que esta noche han acudido a la multitudinaria inauguración, aún se encuentra barro en algunos rincones cuando mueve viejos muebles en casa de sus padres, aseguró.

La última gran riada de las muchas que ha protagonizado desde hace siglo el río Llobregat en esta ciudad donde comienza su delta, y la peor del siglo XX, pues, está muy viva todavía en la memoria de los habitantes de los barrios Centro, Riera y Almeda que, por su proximidad al río, resultaron los afectados.

"Si llega a pasar a cuartos de doce de la noche en lugar de las ocho, hubiera muerto medio Cornellà."

El agua salía de debajo de las alcantarillas", recuerda Pepita Congost, de 74 años y vecina del barrio Centro. "Si llega a pasar a cuartos de doce de la noche en lugar de las ocho, hubiera muerto medio Cornellà", advierte.

No hubo que lamentar ninguna pérdida de vidas. Pero 115 viviendas resultaron inhabitables y otros 1.117 gravemente afectados. 373 empresas, entre ellas la fundición de la Siemens y la mítica Pirelli, tuvieron que parar su producción, lo que provocó 10.000 desempleados en la ciudad. En la comarca fueron 42.000 los desempleados, e incluso la factoría de la Seat tuvo que reducir su producción en 14.000 vehículos. Por todo ello la prensa de la época cifró en 7.000 millones de las antiguas pesetas las pérdidas.

"Más que miedo, sentí rabia de ver que todo había sido por el egoísmo de cuatro gamberros "Más que miedo, sentí rabia", continúa Congost. "De ver que todo había sido por el egoísmo de cuatro gamberros", explica. Y recuerda que, si el agua entró en la ciudad, fue porque las carreteras que habían dejado hacer las autoridades franquistas sin demasiado orden ni concierto junto al Llobregat habían cruzado la bajada natural del río, que entró en Cornellà por Sant Joan Despí.

El mismo sentimiento tuvieron muchos otros vecinos de un delta, el Llobregat, donde todo el mundo sabe que a finales de septiembre las riadas pueden ser devastadoras si no se detienen, y donde el principal historiador local, el pratense Jaume Codina, documentó 185 salidas del río entre el 1110 y el 1971.

El día 21 a mediodía algunos de estos vecinos protagonizaron la primera concentración ante el Ayuntamiento, que no había dado signos de actividad. Fue el primer paso de una lucha vecinal para que el entonces llamado Ministerio de Obras Públicas canalizara el río, recordó el comisario de la exposición, Ramon Rull, ante cientos de oyentes entre los que estaban los primeros alcaldes de la democracia de Sant Joan Despí, Carles Riba (actual presidente del Centro de Estudios del Baix Llobregat), y Cornellà, Frederic Prieto (actual síndico de agravios de la ciudad).

"Nosotros somos los usurpadores del espacio del delta, y por eso pasó lo que pasó", aseveró Rull, señalando las negligencias de unas autoridades que no habían hecho nada para evitar nuevas riadas después del aviso que supuso la de 1962, devastadora en el Vallès pero menor al Llobregat.

Por eso la riada del 71 fue la catalizadora definitiva de un movimiento vecinal que había comenzado a despertar en los años sesenta, y que fue clave en la recuperación de la democracia, interpreta la exposición.

El alcalde, que entonces tenía 11 años, pone la perseverancia vecinal como ejemplo en tiempos de crisis "El río era vida y se había transformado en una amenaza", recordó el alcalde de la ciudad, Antonio Balmón (PSC), que tenía 11 años y vivía en los barrios altos cuando sucedió la catástrofe.

Todavía recuerda como acudió a socorrer a los afectados. Y como las protestas vecinales que siguieron la riada fueron importantes, en su adolescencia, en su socialización política antes de iniciar el camino hacia un cargo dirigente del PSC en la comarca.

"El río era una provocación, y hoy ya no lo es", ha saludado Balmón, todo estilizando la lucha de los cornellanenses por su canalización. "


Alcaldes.eu
20.09.11 - CORNELLA • Baix Llobregat





Fotos: Ramón Rull